domingo, 9 de agosto de 2015

Ecoparque de Mérida (BA).


Paradoja y eufemismo.


     Nuevamente, mi propuesta vuelve a ser un lugar donde observar aves de forma fácil. Los vertederos y basureros de nuestros pueblos y ciudades, ofrecen a las aves en particular, y a muchos animales en general, sustento fácil y constante durante todo el año. Es por eso que suelen ser asiduas visitantes, criando incluso en sus cercanías si el entorno lo permite: postes, torretas, edificios, etc. Siempre me ha parecido una maravillosa paradoja, que en semejantes lugares puedan tener cabida sin embargo, tanta vida e inesperados espectáculos de gran belleza. Muchas veces son decenas, cientos y hasta miles de individuos de múltiples especies, los que allí se concentran. Cigüeñas, Garcillas, Gaviotas, Milanos, etc. Son sus huéspedes más frecuentes, pero no los únicos. Según la época del año, varían en número y comportamiento, algo también a tener en cuenta y que tiene su explicación, como veremos más adelante.

     Este Ecoparque que visité, tiene además la triste "suerte" (a mi parecer) de estar en un entorno privilegiado. Y digo "suerte" porque eligieron como emplazamiento, un terreno que colinda con una zona ZEPA, la de las "Sierras Centrales y Embalse de Alange", de gran valor ornitológico, y muy próximo a unos grandes roquedos, a lo que además hay que sumar una bodega, con lo cual, las molestias ocasionadas por la presencia humana, maquinarias, vehículos, ruidos, etc., son constantes. Y un apunte más. No habrían podido escoger mejor eufemismo que la palabra Ecoparque, para describirlo. Dicho así, suena a algo realmente "verde", "reciclador", etc. y realmente lo que allí se hace, no tiene nada ni de lo uno, ni de lo otro. Yo mismo he visto cómo los vehículos utilizados para la recogida en las ciudades, llegan y directamente descargan sobre el solar, para luego, con otra maquinaria extender los restos. ¿Qué puede tener eso de "eco"?
     


Recorriendo todo el perímetro.

          No penséis ni mucho menos, que cuando digo visita al Ecoparque, se trata de patear entre la basura. Está claro que eso quitaría las ganas a cualquiera. Ciertamente no. Las instalaciones están valladas, y por seguridad no creo que dejasen entrar a nadie, ni en estas ni en ninguna. Ni falta que nos hace. Desde el camino circundante, podemos ver perfectamente todas las aves sin mayor complicación. Este fue el trayecto seguido:


Recorrido de la jornada.

          

     En este caso, como ya hemos comentado, debido a la excepcional situación de estas instalaciones, pude disfrutar durante la primera mitad del trayecto sobre todo, del enorme roquedo que tenía a mi izquierda (Sierra de La Moneda, llamada así debido a un antiguo asentamiento romano donde se fabricaban monedas). Y por supuesto de todo el maravilloso bosque mediterráneo que lo circundaba, encinas, alcornoques, jaras, etc. De manera que en dicho margen izquierdo, podía observar las especies típicas de este ecosistema, y en la margen derecha, las que me proporcionaba el ecoparque. De ahí, que la lista de especies obtenida, sea una mezcla un tanto especial, pero totalmente lógica por otro lado:

- Buitre Leonado (Gyps fulvus) (15 aprox.). Procedentes del roquedo, claro.
- Abejaruco (Merops apiaster). Individuos sueltos.
- Golondrina C. (Hirundo rustica).
- Mirlo C. (Turdus merula). Entre las jaras y encinas.
- Cigüeña C. (Ciconia ciconia). Entre 100 y 150 ejemplares. Basurero.
- Garcilla Bueyera (Bulbucus ibis). Unas 20 aprox. Basurero.
- Milano Negro (Milvus migrans). Unos 50 aprox. 
- Estornino Negro (Sturnus unicolor).
- Buitre Negro (Aegypius monachus) (3). Procedentes del roquedo, también.
- Golondrina Daurica (Cecropis daurica) (1).
- Rabilargo (Cyanopica cyanea). Encinas y jaras.
- Curruca Cabecinegra (Sylvia melanocephala). La dueña absoluta de las jaras.
- Avión Roquero (Ptyonoprogne rupestris).
- Alcaudón Real (Lanius meriodionalis) (2). Llanos cercanos.
- Garza Real (Ardea cinerea) (2).
- Águila Calzada (Aquila pennata) (fase clara) (1). Llanos cercanos.
- Herrerillo C. (Cyanistes caeruleus).
- Gaviota Sombría (Larus fuscus) (1). Basurero.
- Palomas sp. Basurero. Tejado de los edificios.



     Hay algunas especies, que por su abundancia y comportamiento, merecen que nos detengamos un poco más en ellos.



Milano Negro (Milvus migrans).

     Como en su propio nombre científico se indica (migrans), el Milano Negro es una rapaz que viene de África para criar en estas tierras, allá por el mes de febrero, y está con nosotros hasta septiembre más o menos. Aunque suele ser un usuario habitual de los vertederos durante ese tiempo, lo cierto es que antes de la migración, comienzan a agruparse en gran número en estos vertederos, hasta que un buen día, deciden iniciar su viaje de regreso. De ahí, la gran cantidad de ejemplares en este lugar y en estas fechas, la que más en todo el año en este lugar. Fue todo un espectáculo poder ver tantos ejemplares a la vez volando en círculos, posados en las torretas eléctricas cercanas, junto a los escombros, etc. Además, no son infrecuentes los picados, vuelos acrobáticos, persecuciones y enfrentamientos entre ellos por algún resto, como los que yo pude observar allí mismo... ¡La diversión está asegurada!


Milanos Negros (Milvus migrans) posados en una torreta eléctrica cercana.





Cigüeña Común (Ciconia ciconia).

     De nuestra querida Cigüeña Común, emblema de la región de Extremadura, podemos decir que su comportamiento en este lugar, es bastante similar al del Milano Negro, si bien en número los superan con creces. Esto es, como ellos, llegan de África quizás algo antes, pero crían en fechas parecidas. Para julio, la práctica totalidad de los pollos, ya vuelan. E igualmente en estas fechas, se reúnen por decenas  y centenas en estos vertederos, antes de iniciar la vuelta a África, en impresionantes concentraciones, volando en círculos ("cicleando") en su vertical o zonas próximas, a veces hasta grandes alturas, muy visibles desde la distancia. 

     En concreto en este basurero, el comportamiento que vengo observando, y que se repite día tras día hasta su partida, podría sintetizarse del siguiente modo: Con las primeras luces del día, desde la dirección NE, hay un constante goteo de ejemplares que llegan a media altura. Pasan el día alimentándose entre los restos. A veces, remontan el vuelo, "cicleando" en gran número, como ya hemos comentado. Y finalmente, con las última luces del día, vuelven a los lugares donde pasan la noche, en continuo goteo, tal y como vinieron. En invierno, sin embargo, he podido comprobar, cómo después de pasar el día en este área, se reúnen en unas charcas cercanas situadas hacia el este, en donde pasan la noche agrupadas en su centro.

     Una última nota a destacar: recientes estudios nos han enseñado, que son los ejemplares más jóvenes sobre todo los que emigran, quedándose aquí una pequeña parte de la población. De ahí que podamos ver algunos de ellos también en invierno.




Buitre Leonado o Común (Gyps fulvus).

     Aunque no es ni mucho menos infrecuente ver Buitres en esta zona (más bien todo lo contrario), lo cierto es que desde hace unos años para acá, son algunas decenas los que no suelen faltar a "veranear" en los cercanos roquedos. En estas fechas, y a primeras horas del día, podemos verlos estáticos entre las rocas, no siendo hasta un par de horas después de amanecer (si no más), cuando deciden echar a volar. A partir de entonces, sobrevuelan toda la zona, tanto sierras y pastos cercanos, como ecoparque, entremezclándose con Milanos, Cigüeñas, Garcillas, etc. 

     Tan pronto pasa el verano, sin embargo, e inexplicablemente, la zona es abandonada por la inmensa mayoría, dejando incluso de pasar la noche en la cercana sierra. En primavera, visité algunas veces el lugar, con la esperanza de que algún año los Buitres aniden, sin éxito que yo sepa hasta ahora. Desconozco las razones. 




Buitre Negro (Aegypius monachus).

     Desde luego, lo mejor de la visita fue poder tener hasta tres ejemplares de esta especie, a poco más de diez metros sobre mi cabeza durante laaaaargo rato. En ninguno de ellos observé etiquetas de anillamiento. Una pena porque las hubiera podido leer sin problema alguno. Y es que nada más llegar, apenas amaneciendo, pude ya pude constatar la presencia del primero de ellos, en la copa de una encina lejana, a la derecha y más abajo de los roquedos. Durante la mañana, aparecieron los otros dos juntos, y pude observarlos a todos dando vueltas sobre los escombros, e incluso posados en el suelo. 

     Lo cierto es que no son una sorpresa para mi (en este lugar). Ya el verano anterior, pude observar alguno que otro exactamente en el mismo sitio. La suerte es que este año, se ha incrementado el número. Y tal y como ocurre con los Buitres Comunes existentes, estos también sólo son huéspedes en verano, desapareciendo también tan pronto acaba la estación, y volviendo ya sólo de manera esporádica.


Buitre Negro (Aegypius monachus).


Buitre Negro (Aegypius monachus) sobre el vertedero.




Fin de jornada.

     Resumiendo. Aunque la visita no pudiera parecer especialmente agradable a primera vista, no ya a este, sino a cualquier otro vertedero, la seguridad de saber que podremos encontrar sin dificultad gran número de aves, bien merece la pena, sobre todo en ciertas épocas del año, donde se acumulan por cientos o miles. Un buen lugar además, donde practicar identificación guía en mano de Gaviotas, por ejemplo, más abundantes en invierno, y otro tanto ocurre con la Fotografía. Existen multitud de posibilidades... 



1 comentario :

  1. Impresiona todo lo que es posible encontrar tan cerca de 'casa'... Es irónico como bien dices que uno encuentre lo que tanto ama entre los desperdicios de nuestras ciudades... ¡Genial todo lo que uno aprende con cada entrada de este blog, Brother! Muchas gracias por compartir tus venturas y desventuras por nuestra tierra, así como tu pasión por las aves ;-) ¡Espero impaciente el siguiente relato!

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