domingo, 28 de junio de 2015

Escapada al embalse de Los Canchales (BA).


A vista de pájaro. Situación.


     Este embalse de tamaño discreto, cercano a las poblaciones de Montijo y La Garrovilla (Badajoz), ha sido declarado también como zona ZEPA o de interés especial por las aves que allí habitan, por lo que ya sólo por esta razón, su visita merece la pena. Aquí tenéis información oficial de la web del gobierno autonómico, detallando las cualidades de esta zona ZEPA.



Vista general del embalse.


    Está aceptablemente preparado para distintos usos públicos y lúdicos: aparcamiento junto a la presa, camino perimetral con paneles informativos, rutas senderistas, y sobre todo, lo que nos interesa, existen algunos puntos preparados de forma muy básica (no creo que podamos llamarlos observatorios), pero interesantes para facilitar la observación de aves. Si buscamos un mapa aéreo de la zona (google maps, p.ej), podemos ver dos salientes de tierra, equidistantes a la presa, en cuyos extremos están estos puntos de observación. Allí encontraremos algo de paz para nuestra tarea, y un lugar aventajado para ver el paso de las aves. Están arbolados, por lo que disponemos de sombra, pero no de techo, sólo son paneles frontales para no ser vistos desde el agua, y algunos bancos de madera. Suficiente y mucho más de lo que podréis encontrar en la mayoría de embalses.



Al fondo a la derecha, uno de los salientes desde el que observar las aves.


     Por último, conozco al menos dos formas de acceder sin mayores problemas al embalse (no existe carretera asfaltada): una es desde una pista que puede tomarse desde la cercana población de La Garrovilla, y que lleva directamente a la presa, y otra es desde la carretera BA-100 en este punto. Algo a tener en cuenta. En primavera, normalmente en los meses de abril y mayo, el tráfico en torno al embalse está prohibido (hay carteles que lo indican), precisamente para evitar molestias a las aves que crían. El resto del año no hay problema.



Cartel informativo prohibiendo tráfico en el perímetro.



Inicio de la jornada.


     Hacía cosa de año y medio que no volvíamos por allí, y esta vez decidimos ir a la zona donde estaba el observatorio que no visitamos la vez anterior. De manera que llegamos a eso de las 7:30 a.m. a la puerta de acceso desde la BA-100. Nada más bajar del coche, escuchamos de forma clara Codornices (Coturnix coturnix) (verlas ya es otra cosa). También maquinaria agrícola no muy lejos sobre un pastizal, haciendo un ruido ensordecedor que nos "arrulló" toda la jornada. Alguna Tarabilla c. (Saxicola torquata) y alguna Cogujada c. (Galerida cristata) también se dejaron ver ya a esas horas.

     Desde esta entrada al embalse, se llega al agua a una zona de muy poca profundidad, donde también conecta un arroyo cercano, por cierto. Estas áreas son perfectas para encontrar limícolas, garzas, agujas, cigüeñuelas, chorlitejos, etc. Dichas aves, para alimentarse, necesitan de aguas someras, de lodo o barro donde buscar. No las verás en mitad del pantano flotando, como los anades, somormujos, gaviotas, etc. 


Zona de poco profundidad. Una de las colas del pantano.


  Por tanto, nos acercamos en silencio y desenfundamos la óptica tan pronto estuvimos a una distancia razonable. Allí pudimos encontrar, efectivamente, alguna Garceta c. (Egretta garzetta), Garcilla Bueyera (Bulbucus ibis), algún Chorlitejo diminuto y acelerado picoteando en la orilla, Garza Real (Ardea cinerea). También las incasables Golondrina C. (Hirundo rustica) sobrevolando la orilla a escasa altura del agua en busca de insectos. Pagaza piconegra (Gelochelidon nilotica) y Gaviota Reidora (Chroicocephalus ridibundis) sobrevolaban también el agua. En el agua, Somormujos Lavancos (Podiceps cristatus) casi en exclusiva.


Solitaria Pagaza Piconegra (Gelochelidon nilotica).


Somormujos Lavancos (Podiceps cristatus)

Seguimos bordeando el embalse.


     Todavía nos quedaba un trecho por recorrer, y en el mismo pudimos encontrar algunas especies más: Milano Negro (Milvus migrans), Herrerillo (Cyanistes caeruleus), Abubilla (Upupa epops), Ánade Azulón (Anas platyrhynchos), Abejaruco (Merops apiaster) (que sólo pudimos oír), Urraca (Pica pica), Rabilargo (Cyanopica cyanus), Cetia Ruiseñor (Cettia Cetti) (canto inconfundible) y Calandria (Melanocorypha calandra)

     Justo al pie del acceso al observatorio, había una extensa y despejada orilla, y bastantes aves en busca de comida, alguna Cigüeña c. (Ciconia ciconia), Cigüeñuela (Himantopus himantopus), Chorlitejo Chico (Charadrius dubius) (4), y Espátula (Platalea leucorodia) (2). Esta zona estaba claramente más alejada de los pescadores, que a esa hora, las 9:30 a.m., ya ocupaban la mayor parte del contorno del embalse. Quizás de ahí aquella pequeña concentración.


El "observatorio". Por fin.


     Reconozco que disfruto enormemente cada vez que entro en uno de estos accesos. Son "brazos" de tierra de unos cinco metros de ancho, y elevado a dos metros del agua, atiborrados a ambos lados de árboles y arbustos, de manera que normalmente, tienes que ir un poco agachado para no darte con las ramas en la cabeza. "Así debería ser el resto de los caminos de la zona", pienso para mi, llenos de vegetación exuberante, al estilo Amazonas, je, je.


Acceso a los observatorios. Extensión de tierra hacia el interior del embalse.

     La zona del observatorio, propiamente dicha, es circular y más ancha y espaciosa que el acceso, por suerte. Está algo necesitada de mantenimiento, y de limpieza, para variar, pero sirve perfectamente para cumplir su cometido. Y se agradece. Así que desplegamos el material por todos lados, trípodes, cámaras, guías, telescopios, etc. y nos dispusimos a disfrutar como un par de horas. Frente al observatorio, como a 40 metros, podíamos ver una zona repleta de postes de madera enclavados verticalmente en el agua, claramente destinados a las aves. Allí posados, se veían sobre todo Gaviotas Reidoras y alguna Garza Real. De tener un potente material óptico, el sitio da juego seguro a buenas tomas fotográficas, más aún teniendo en cuenta la perfecta colocación del sol a esas horas, sobre el horizonte y completamente al margen derecho de donde estábamos, por lo que la luz entra suave y lateralmente. Igualmente con telescopios y prismáticos, se disfruta, cómo no.


El compañero Agustín desde la plataforma del observatorio.



Parte del ángulo de visión disponible. Garza Real y Gaviotas Reidoras.



Aquí me tenéis en una de las aberturas disponibles.


    Tras cerca de dos horas, completamos el cuaderno de campo con alguna especie más de las vistas, alguna Garza Imperial (Ardea purpurea) muy distante entre los juncos de la orilla, y alguna Focha C. (Fulica atra) en medio de los más abundantes Somormujos. 
      
    11:30 a.m. El calor, igual que días atrás, empieza a hacerse notar (ese día estábamos en alerta naranja por temperaturas máximas de 42 grados), y aún quedaba al menos una hora de regreso hasta el vehículo, cuando no algo más, ya que seguro nos pararíamos de vez en cuando a observar. Cuando no, te encuentras alguna sorpresa poco antes de llegar de vuelta al vehículo, y ya pierdes la hora por completo... como esta vez nos pasó...



Y ya de regreso...


     Como diría Forrest, el famoso personaje del cine, "la vida es como una caja de bombones... y tal y tal", pues eso mismo, que aplicado a los que buscamos aves podría ser "...nunca imaginas la que te puedes encontrar hoy". Cerca ya de la cola del embalse, por donde iniciamos nuestra jornada, vimos en la orilla más próxima a nosotros, un ave de cierto tamaño con un pico exageradamente alargado y curvado hacia el suelo, que mi compañero se aventuró a identificar como Morito (Plegadis falcinellus), pero no viéndolo yo tan claro, nos acercamos a poco más de 25 metros, y el animal nos aguantó estoicamente. Nada de Morito, y lo primero que ya me vino a la cabeza fue un Zarapito, poco más, así, a vuela pluma, porque para nosotros era la primera vez que teníamos ocasión de verlo. 


Tal y como veía el ave a unos 25 metros.


Nueva toma aumentada.






     Rápidamente, cual paparazzi, saqué la cámara y le hice una buena tanda de fotos y también un pequeño vídeo. Viendo que el animal no se veía especialmente intimidado, continué mirando ya más tranquilamente por el telescopio y prismáticos. Hacía falta tirar de guía, así que mochila al suelo y... en ese momento, justo encima del animal, a pocos metros recorriendo la orilla, llega un Águila Calzada (Aquila pennata) (fase clara) y ahora sí, el Zarapito sale volando aguas adentro, lo mismo que todo pájaro que rondaba la orilla en ese momento, algarabía total. Así que vuelta al camino. Como a cien metros orilla abajo, encontramos el Águila Calzada posada en un árbol seco próximo a la orilla, y esta continuó rondando la zona, tomando altura, para finalmente perderse por la zona. Me pude llevar de recuerdo, alguna que otra buena foto de ella también. Tuvimos la suerte de volver a encontrar el Zarapito orilla abajo otra vez, y nuevamente le dedicamos otro ratito, intentado captar todo tipo de detalles. 


Águila Calzada (Aquila pennata) en fase clara sobrevolando la zona.


     Ya más tranquilamente al acabar la jornada, tras consultar guías, las propias fotos y el vídeo, y tras pedir opinión a gente más experta que nosotros, llegamos a la conclusión de que debería ser el Zarapito Real (Numenius arquata), el detalle del pico enorme parece que es definitivo. A mi, por color, me pareció quizás más acertado el Zarapito Trinador (Numenius phaeopus), con muchos tonos de grises, pero ciertamente el pico tan alargado, "casa" mejor con el primero. En cualquier caso, ¡premio para nosotros! Primera vez que tenemos la suerte de verlo... ;-)


Todas las fotos de la jornada aquí.



domingo, 21 de junio de 2015

Jornada matutina en el Complejo Lagunar de La Albuera (Badajoz).

A vista de pájaro. Situación.


     Este grupito de lagunas, toma su nombre de la cercana población del mismo nombre, aunque su extensión va más allá, alcanzado los términos municipales de otras muchas poblaciones cercanas. Si no conoces nada en absoluto de este lugar, aquí tienes para empezar su localización en el mapa. Además, en la página web del gobierno autonómico (Junta de Extremadura), hay información más específica relacionada con las figuras legales de protección de esta zona, cartografía, archivos varios a descargar, etc. En particular, este área es zona ZEPA, LIC y también está adscrita al convenio RAMSAR (aves acuáticas). Con eso está todo dicho...

     Dada la climatología del lugar, y por experiencia en visitas anteriores, yo diría que el periodo del año idóneo para visitas, sería de noviembre/diciembre a abril/mayo. En esa época en principio, las lagunas tienen agua asegurada, e incluso el terreno de acceso suele estar encharcado, por lo que conviene mirar la previsión meteorológica antes de hacer la visita, e incluir quizás, botas altas de caucho.
  


¿Por qué visité este lugar?


  •   Si lo que quieres es pasar una jornada viendo pájaros (ya, claro, es evidente, para qué hemos venido si no... ), me estoy refiriendo a verlos con SEGURIDAD, sin esperar demasiado de la diosa fortuna, este es uno de esos lugares que no defrauda. Es como pasar el día en el parque nacional de Monfragüe, vas sobre seguro, ahí no hay que buscar, están sin más. Pues aquí casi que igual. 
  •   Llegar a la zona en coche en pan comido, y una vez llegas, moverse entre las charcas no tiene misterio (conviene mirar al menos un mapa antes, claro, para orientarte de forma general). Eso sí, hay zonas valladas (privadas), y yo soy de los que recomiendan (y predican con el ejemplo), no invadir esas zonas. El resto son caminos de acceso públicos, y la gente del lugar saben a qué vienes y no suelen poner objeciones.
  •  Frente a la laguna Grande, hay dos observatorios de madera en buen estado, techados, y disponibles para el público sin restricciones. Aquí prima la comodidad. Eso sí, o tienes buen material óptico o las acuáticas caen bastante lejos y no verás gran cosa.
  •   Y por último, la verdad sea dicha, dista de donde vivo a 35 kms. o 25 minutos en coche, que es como decir a la vuelta de la esquina, cerquita cerquita... ;-)


Cartel de ruta senderista.
Cartel senderista junto a la carretera.




Y comienza la jornada... (a ver qué nos depara hoy).


     Llegué con mi compañero Agustín Giraldo poco antes de las ocho de la mañana, y ya hacía calor. Se esperaba un tórrido día con máximas de treinta y cinco grados, así que nuestro plan era llegar temprano e irnos como mucho a media mañana. Además, hoy queríamos tomárnoslo con calma, o sea, andar poco, y pasar las horas en los observatorios, a la sombra, sacar los telescopios y prismáticos e ir anotando aves. La realidad fue otra, por supuesto...


Primera parada: Laguna del Carril.


     Es la que puede encontrarse justo al lado de la carretera nacional, como a unos cien metros, y está rodeada de eucaliptos, y también está cercada. Podía observarse algo de agua. Tiene un tamaño realmente discreto y yo apostaría que ha sido perforada artificialmente para albergar más. No aconsejo parar con el coche justo al lado, porque el arcén no tiene suficiente ancho, y podrías ocasionar problemas. Tampoco se puede acercar uno porque una alambrada lo impide. Lo aconsejable es parar el vehículo en algún lado fuera del arcén de la cercana carretera que lleva a la población de Entrín Bajo, y acercarse a pie hacia el frente de la charca. En esta ocasión, estas fueron las aves observadas:

  • Espátula (Platalea leucorodia) (6).
  • Cigüeña C. (Ciconia ciconia). 
  • Garza Real (Ardea cinerea) (3).
  • Ánade Azulón (Anas platyrhynchos) (2).
  • Milano Negro (Milvus migrans)(2).
  • Alcaudón C. (Lanius senator).

Laguna del Carril. Vista desde la ctra. a Entrín Bajo.


Nido de Cigüena Común.


Segunda parada: laguna Grande.


     La "puerta de acceso" al complejo lagunar, salvo que quieras pararte a ver la charca anterior, es realmente este punto. Ahí encontrarás un par de carteles explicativos y una valla de madera que impide el paso a todo tipo de vehículos a motor, por el camino que sigue de frente. Así que cogimos nuestro equipo y continuamos por dicho camino. No tiene pérdida porque los márgenes están vallados y te obligan a seguir el trayecto marcado hasta llegar a los dos observatorios de madera. Se tarda unos 15 minutos en llegar, y el paseo, a esas horas, es una delicia. Un primer consejo: desde ese mismo punto y nada más bajar del vehículo, recomiendo silencio total. No tardan en aparecer aves por todos lados y hablar en voz alta sólo consigue alejarlas. Me refiero a alguna nocturna, garzas, patos, pequeñas rapaces, insectívoras, etc. La jornada no empieza en los observatorios, empieza ahí mismo...


Entrada a los observatorios.


Cartel descriptivo a la entrada.


     Esta vez, el panorama que nos encontramos en la laguna, no pudo ser más desolador. Era la primera vez, desde que descubrimos esta zona, hace cosa de un par de años atrás, que la encontramos sin una sola gota de agua, ni aves acuáticas, por supuesto. Claramente, una primavera escasa en precipitaciones, era la culpable de este lamentable aspecto. Aún así, en los alrededores, anotamos las siguientes especies: 

  • Canastera (Glareola pranticola). 
  • Avefría (Vanellus vanellus).
  • Alcaudón Real (Lanius excubitor).
  • Busardo Ratonero (Buteo buteo).
  • Cigüeña C. (Ciconia ciconia).
  • Urraca (Pica pica).
  • Alcaudón C. (Lanius senator).
  • Abubilla  (Upupa epops).
  • Codorniz (Coturnix coturnix) (*).
  • Golondrina C. (Hirundo rustica).
  • Golondrina Dáurica (Cecropis daurica).
  • Herrerillo C. (Cyanistes caeruleus).
  • Tórtola Turca (Streptopelia decaocto).
  • Buitre Negro (Aegypius monachus) (1).

  • (*) Especie sólo oída.


Observatorios vistos desde la laguna.



El amigo Agustín hacia la laguna (la zona sin vegetación).


Un ejemplar de Avefría (Vanellus vanellus).


Aquí me tenéis casi en el otro extremo de la laguna.


Tercera Parada: laguna de La Marciega.


     Al poco de dejar atrás la laguna grande, para dirigirnos a la siguiente, siguiendo un camino, nos llamó la atención entre las encinas, un sonido de ave que yo inicialmente identifiqué con Cigüeñuelas (Himantopus himantopus), pero mi compañero me sacó del error diciendo que era un Mochuelo Europeo (Athene noctua). Y así fue. Fuimos al árbol de donde procedían los sonidos para presionarle un poco, y terminó saliendo para dirigirse a otra encina cercana. Efectivamente. Por lo demás, y como podréis suponer, la laguna Marciega estaba también absolutamente seca. Y nada destacable de este lugar:

  • Mochuelo Europeo (Athene noctua).
  • Cernícalo C. (Falco tinnunculus) Sobrevolando la laguna.
  • Mirlo C. (Turdus merula).
  • Buitre Leonado (Gyps fulvus) (1). A lo lejos en una loma cercana, se intuían algunos más...

El amigo Agustín en la cancela de acceso a la laguna. Puede abrirse y volverse a dejar cerrada otra vez.


Cuarta parada: laguna de La Orla.


     La siguiente en el camino fue esta laguna, un poco más alejada de las anteriores, igualmente sin agua alguna. Es más, de hecho no se aprecia ni contorno alguno como así ocurre en las otras. Habrá que verla en época de lluvias, pero su tamaño parece absolutamente simbólico. Nada destacable en esta zona.

No se apreciaba contorno alguno del agua.


Quinta parada: laguna del Junco.


     Muy cercana a la anterior, y tampoco tenía agua alguna. Sólo un pequeño hilo de agua atravesando el el camino en dirección a la charca (y plagado de avispas). Con las aves esta vez sí tuvimos más suerte. Nada más llegar, un grupo de seis a ocho Canasteras (Glareola pranticola), sobrevolaban el lugar ruidosamente a baja altura, sobre nuestras cabezas. Una pareja de Milanos Negros (Milvus migrans), a cierta altura, realizaban piruetas sin parar, alejándose poco a poco. Tres confiadas Calandrias (Melanocorypha calandra), no paraban de rodearnos mientras cantaban, todavía alguna con ceba en el pico. Dos parejas de Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus), nos sobrevolaron mientras estábamos a la sombra de una pequeña caseta de madera. Hasta seis Buitres Leonados (Gyps fulvus) aparecieron todos en fila sobre nosotros. Y algún solitario y diminuto Buitrón (Cisticola juncidis), "rebotaba" en el aire continuamente sobre la laguna, señal de que habría tenido agua hasta hace bien poco.

  • Canastera (Glareola pranticola) (6-8).
  • Abubilla (Upupa epops).
  • Calandria (Melanocorypha calandra) (3).
  • Buitre Leonado (Gyps fulvus) (6).
  • Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus) (4).
  • Buitrón (Cisticola juncidis).
  • Milano Negro (Milvus migrans) (2).

Panel informativo.


Canastera (Glareola pranticola)


Pareja de Milanos Negros (Milvus migrans).


Última laguna sin agua.


Buitre Leonado (Gyps fulvus).


     A esas horas, la una del mediodía, el calor ya era casi insoportable. Las botas ardían y el agua, perfecta para un té, escaseaba además en la cantimplora. Volvimos en línea recta hacia el coche, como quien da la vuelta rápida en las carreras de coches. Treinta minutos más. Tiempo total empleado: cinco horas y media, y unos seis kilómetros recorridos. "Y eso que íbamos a volver a media mañana, con el fresquito...", me espetó irónico mi compi Agustín. ;-)


Todas las fotos de la jornada aquí.