domingo, 21 de junio de 2015

Jornada matutina en el Complejo Lagunar de La Albuera (Badajoz).

A vista de pájaro. Situación.


     Este grupito de lagunas, toma su nombre de la cercana población del mismo nombre, aunque su extensión va más allá, alcanzado los términos municipales de otras muchas poblaciones cercanas. Si no conoces nada en absoluto de este lugar, aquí tienes para empezar su localización en el mapa. Además, en la página web del gobierno autonómico (Junta de Extremadura), hay información más específica relacionada con las figuras legales de protección de esta zona, cartografía, archivos varios a descargar, etc. En particular, este área es zona ZEPA, LIC y también está adscrita al convenio RAMSAR (aves acuáticas). Con eso está todo dicho...

     Dada la climatología del lugar, y por experiencia en visitas anteriores, yo diría que el periodo del año idóneo para visitas, sería de noviembre/diciembre a abril/mayo. En esa época en principio, las lagunas tienen agua asegurada, e incluso el terreno de acceso suele estar encharcado, por lo que conviene mirar la previsión meteorológica antes de hacer la visita, e incluir quizás, botas altas de caucho.
  


¿Por qué visité este lugar?


  •   Si lo que quieres es pasar una jornada viendo pájaros (ya, claro, es evidente, para qué hemos venido si no... ), me estoy refiriendo a verlos con SEGURIDAD, sin esperar demasiado de la diosa fortuna, este es uno de esos lugares que no defrauda. Es como pasar el día en el parque nacional de Monfragüe, vas sobre seguro, ahí no hay que buscar, están sin más. Pues aquí casi que igual. 
  •   Llegar a la zona en coche en pan comido, y una vez llegas, moverse entre las charcas no tiene misterio (conviene mirar al menos un mapa antes, claro, para orientarte de forma general). Eso sí, hay zonas valladas (privadas), y yo soy de los que recomiendan (y predican con el ejemplo), no invadir esas zonas. El resto son caminos de acceso públicos, y la gente del lugar saben a qué vienes y no suelen poner objeciones.
  •  Frente a la laguna Grande, hay dos observatorios de madera en buen estado, techados, y disponibles para el público sin restricciones. Aquí prima la comodidad. Eso sí, o tienes buen material óptico o las acuáticas caen bastante lejos y no verás gran cosa.
  •   Y por último, la verdad sea dicha, dista de donde vivo a 35 kms. o 25 minutos en coche, que es como decir a la vuelta de la esquina, cerquita cerquita... ;-)


Cartel de ruta senderista.
Cartel senderista junto a la carretera.




Y comienza la jornada... (a ver qué nos depara hoy).


     Llegué con mi compañero Agustín Giraldo poco antes de las ocho de la mañana, y ya hacía calor. Se esperaba un tórrido día con máximas de treinta y cinco grados, así que nuestro plan era llegar temprano e irnos como mucho a media mañana. Además, hoy queríamos tomárnoslo con calma, o sea, andar poco, y pasar las horas en los observatorios, a la sombra, sacar los telescopios y prismáticos e ir anotando aves. La realidad fue otra, por supuesto...


Primera parada: Laguna del Carril.


     Es la que puede encontrarse justo al lado de la carretera nacional, como a unos cien metros, y está rodeada de eucaliptos, y también está cercada. Podía observarse algo de agua. Tiene un tamaño realmente discreto y yo apostaría que ha sido perforada artificialmente para albergar más. No aconsejo parar con el coche justo al lado, porque el arcén no tiene suficiente ancho, y podrías ocasionar problemas. Tampoco se puede acercar uno porque una alambrada lo impide. Lo aconsejable es parar el vehículo en algún lado fuera del arcén de la cercana carretera que lleva a la población de Entrín Bajo, y acercarse a pie hacia el frente de la charca. En esta ocasión, estas fueron las aves observadas:

  • Espátula (Platalea leucorodia) (6).
  • Cigüeña C. (Ciconia ciconia). 
  • Garza Real (Ardea cinerea) (3).
  • Ánade Azulón (Anas platyrhynchos) (2).
  • Milano Negro (Milvus migrans)(2).
  • Alcaudón C. (Lanius senator).

Laguna del Carril. Vista desde la ctra. a Entrín Bajo.


Nido de Cigüena Común.


Segunda parada: laguna Grande.


     La "puerta de acceso" al complejo lagunar, salvo que quieras pararte a ver la charca anterior, es realmente este punto. Ahí encontrarás un par de carteles explicativos y una valla de madera que impide el paso a todo tipo de vehículos a motor, por el camino que sigue de frente. Así que cogimos nuestro equipo y continuamos por dicho camino. No tiene pérdida porque los márgenes están vallados y te obligan a seguir el trayecto marcado hasta llegar a los dos observatorios de madera. Se tarda unos 15 minutos en llegar, y el paseo, a esas horas, es una delicia. Un primer consejo: desde ese mismo punto y nada más bajar del vehículo, recomiendo silencio total. No tardan en aparecer aves por todos lados y hablar en voz alta sólo consigue alejarlas. Me refiero a alguna nocturna, garzas, patos, pequeñas rapaces, insectívoras, etc. La jornada no empieza en los observatorios, empieza ahí mismo...


Entrada a los observatorios.


Cartel descriptivo a la entrada.


     Esta vez, el panorama que nos encontramos en la laguna, no pudo ser más desolador. Era la primera vez, desde que descubrimos esta zona, hace cosa de un par de años atrás, que la encontramos sin una sola gota de agua, ni aves acuáticas, por supuesto. Claramente, una primavera escasa en precipitaciones, era la culpable de este lamentable aspecto. Aún así, en los alrededores, anotamos las siguientes especies: 

  • Canastera (Glareola pranticola). 
  • Avefría (Vanellus vanellus).
  • Alcaudón Real (Lanius excubitor).
  • Busardo Ratonero (Buteo buteo).
  • Cigüeña C. (Ciconia ciconia).
  • Urraca (Pica pica).
  • Alcaudón C. (Lanius senator).
  • Abubilla  (Upupa epops).
  • Codorniz (Coturnix coturnix) (*).
  • Golondrina C. (Hirundo rustica).
  • Golondrina Dáurica (Cecropis daurica).
  • Herrerillo C. (Cyanistes caeruleus).
  • Tórtola Turca (Streptopelia decaocto).
  • Buitre Negro (Aegypius monachus) (1).

  • (*) Especie sólo oída.


Observatorios vistos desde la laguna.



El amigo Agustín hacia la laguna (la zona sin vegetación).


Un ejemplar de Avefría (Vanellus vanellus).


Aquí me tenéis casi en el otro extremo de la laguna.


Tercera Parada: laguna de La Marciega.


     Al poco de dejar atrás la laguna grande, para dirigirnos a la siguiente, siguiendo un camino, nos llamó la atención entre las encinas, un sonido de ave que yo inicialmente identifiqué con Cigüeñuelas (Himantopus himantopus), pero mi compañero me sacó del error diciendo que era un Mochuelo Europeo (Athene noctua). Y así fue. Fuimos al árbol de donde procedían los sonidos para presionarle un poco, y terminó saliendo para dirigirse a otra encina cercana. Efectivamente. Por lo demás, y como podréis suponer, la laguna Marciega estaba también absolutamente seca. Y nada destacable de este lugar:

  • Mochuelo Europeo (Athene noctua).
  • Cernícalo C. (Falco tinnunculus) Sobrevolando la laguna.
  • Mirlo C. (Turdus merula).
  • Buitre Leonado (Gyps fulvus) (1). A lo lejos en una loma cercana, se intuían algunos más...

El amigo Agustín en la cancela de acceso a la laguna. Puede abrirse y volverse a dejar cerrada otra vez.


Cuarta parada: laguna de La Orla.


     La siguiente en el camino fue esta laguna, un poco más alejada de las anteriores, igualmente sin agua alguna. Es más, de hecho no se aprecia ni contorno alguno como así ocurre en las otras. Habrá que verla en época de lluvias, pero su tamaño parece absolutamente simbólico. Nada destacable en esta zona.

No se apreciaba contorno alguno del agua.


Quinta parada: laguna del Junco.


     Muy cercana a la anterior, y tampoco tenía agua alguna. Sólo un pequeño hilo de agua atravesando el el camino en dirección a la charca (y plagado de avispas). Con las aves esta vez sí tuvimos más suerte. Nada más llegar, un grupo de seis a ocho Canasteras (Glareola pranticola), sobrevolaban el lugar ruidosamente a baja altura, sobre nuestras cabezas. Una pareja de Milanos Negros (Milvus migrans), a cierta altura, realizaban piruetas sin parar, alejándose poco a poco. Tres confiadas Calandrias (Melanocorypha calandra), no paraban de rodearnos mientras cantaban, todavía alguna con ceba en el pico. Dos parejas de Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus), nos sobrevolaron mientras estábamos a la sombra de una pequeña caseta de madera. Hasta seis Buitres Leonados (Gyps fulvus) aparecieron todos en fila sobre nosotros. Y algún solitario y diminuto Buitrón (Cisticola juncidis), "rebotaba" en el aire continuamente sobre la laguna, señal de que habría tenido agua hasta hace bien poco.

  • Canastera (Glareola pranticola) (6-8).
  • Abubilla (Upupa epops).
  • Calandria (Melanocorypha calandra) (3).
  • Buitre Leonado (Gyps fulvus) (6).
  • Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus) (4).
  • Buitrón (Cisticola juncidis).
  • Milano Negro (Milvus migrans) (2).

Panel informativo.


Canastera (Glareola pranticola)


Pareja de Milanos Negros (Milvus migrans).


Última laguna sin agua.


Buitre Leonado (Gyps fulvus).


     A esas horas, la una del mediodía, el calor ya era casi insoportable. Las botas ardían y el agua, perfecta para un té, escaseaba además en la cantimplora. Volvimos en línea recta hacia el coche, como quien da la vuelta rápida en las carreras de coches. Treinta minutos más. Tiempo total empleado: cinco horas y media, y unos seis kilómetros recorridos. "Y eso que íbamos a volver a media mañana, con el fresquito...", me espetó irónico mi compi Agustín. ;-)


Todas las fotos de la jornada aquí.


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